Una comunidad energética es una entidad jurídica, formada por socios o miembros, que se unen para aprovechar los recursos renovables o realizar actividades relacionadas con el sector energético, de manera que los beneficios que se generan, medioambientales o socioeconómicos, se reinvierten en la propia comunidad o al área local donde se ubica la entidad jurídica.
Las comunidades energéticas podrán hacer todo tipo de actividades relacionadas con el sector energético y en concreto, con la transición energética, como autoconsumos fotovoltaicos, pero también actuaciones de movilidad, rehabilitación de edificios, mejoras de eficiencia energética, almacenamiento, gestión de la demanda o actividades de difusión y comunicación.
Las comunidades energéticas son, por tanto, ecosistemas de la transición ecológica, al poderse llevar a cabo dentro de ellas todas las actividades que este proceso engloba.
Las claves para que una entidad jurídica pueda ser definida como una comunidad energética son:
Más info: La Tribuna de UNEF – Propuesta normativa para las comunidades energéticas – pv magazine España
Las comunidades energéticas están incluidas dentro de la Ley del Sector Eléctrico, a través del Real Decreto-Ley 5/2023 y se definen dos figuras:
El mismo RD-Ley define el marco facilitador para las mismas. Sin embargo, no existe una normativa completa sobre comunidades energéticas. Es necesario un marco normativo completo para comunidades energéticas que garantice el control efectivo de los socios o miembros sobre las comunidades, así como el carácter local de las CER
Las comunidades energéticas son herramientas que permiten a la ciudadanía y a actores no tradicionales del sector, participar y tomar decisiones en torno a la energía que consumen y a los recursos renovables del territorio. Estas entidades fomentan la creación de un modelo energético democrático y participativo
Pero además, a través de las comunidades energéticas, pueden desarrollarse todas las actividades de la transición energética, consolidándose como las principales herramientas para fomentar el ecosistema distribuido.
Por supuesto, teniendo en cuenta el tipo de proyectos que desarrollan, las comunidades energéticas, involucran ahorros en la factura de la luz, menor independencia de la red, utilización de los recursos renovables de los que disponen, reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, mejora de la eficiencia energética y lucha contra la pobreza energética, entre otros.
Las comunidades no tienen sólo un valor técnico, sino también un valor social, de manera que permite tejer redes entre distintos sectores. Por tanto, son herramientas que garantizan que los beneficios de este tipo de proyectos se queden en el territorio y se hagan por y para la ciudadanía.
La mayor parte de las comunidades energéticas comienzan con un autoconsumo colectivo y posteriormente pasan a realizar otras actividades relacionadas con el proceso de transición energética, como eficiencia energética, movilidad sostenible o sistemas de almacenamiento detrás del contador.
Pero no hay que confundir un autoconsumo colectivo con una comunidad energética.
En un autoconsumo colectivo, hay una instalación fotovoltaica cuya energía generada se autoconsume por parte de los autoconsumidores, de manera que obtienen un beneficio en términos de energía ahorrada y descuento en la factura de la luz. Este autoconsumo no tiene entidad jurídica y no realizará más actividades. Su función es, por tanto, el autoconsumo de energía eléctrica generada.
Una comunidad energética, va un paso más allá, en primer lugar sí tiene entidad jurídica, pero además, puede realizar todo tipo de actividades, como rehabilitación, movilidad, almacenamiento, de manera que los consumidores no sólo autoconsumirán la energía, sino que realizarán y se beneficiarán de muchas más actividades. Además, la comunidad energética es propiedad de los socios o miembros, que tomarán decisiones sobre todo lo relacionado con la misma.
UNEF promueve e impulsa el concepto de las Comunidades Energéticas, explicando la importancia y sus beneficios entre sus asociados y entre el sector.
Además, desde UNEF garantizamos que las comunidades sean agentes activos en el sistema eléctrico, facilitando información sobre todas las novedades legislativas, ayudas estatales, autonómicas y locales, novedades tecnológicas y financieras, así como realizar propuestas para garantizar la evolución de estas entidades y su participación en el sistema.
Por eso, en abril de 2024 celebramos la primera Cumbre de Comunidades Energéticas, durante el cual se firmó el Manifiesto por el fomento de las comunidades energéticas por parte de varias entidades.
Recientemente, y como consecuencia de la ausencia de un marco normativo para comunidades energéticas, desde UNEF hemos realizado un documento sobre propuestas normativas que consideramos esenciales incluir en la legislación para garantizar la participación y la consolidación de estos proyectos.
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